Al hilo de la muerte de Federico García Lorca
Rafael Estefanía de BBC Mundo conversó con Ian Gibson, uno de los académicos que mejor conoce la vida y obra de Federico García Lorca.
Entre las piezas escritas sobre el poeta andaluz por este hispanista de origen irlandés, pero nacionalizado español, se encuentran las siguientes.
"La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca"(1971), "Guía de la Granada de Federico García Lorca"(1989),"Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca"(1998).
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Para Gibson, García Lorca era un ser acongojado, pero radiante.
-A 70 años de su muerte la obra de Lorca sigue tan vigente como el día que fue publicada. ¿En donde radica la atracción de su legado?
-Creo que era un ser humano absolutamente incomparable y tremendamente multifacético. Trabajó la poesía culta, la popular, el dibujo, la política.
Lorca estaba en el centro de todo lo que ocurría en Madrid. Además, es un personaje muy misterioso, porque no deja de ser misterio que no tengamos grabaciones de su voz. Las hubo, porque recitaba a menudo en radio tanto en España como en Argentina, pero estas grabaciones no se han encontrado.
Yo me imagino que estarán en algún sótano de Buenos Aires, y quien sabe, quizás algún día aparezcan. También con la guerra desaparecieron muchos papeles. Sabemos mucho sobre él, pero no todo lo que nos gustaría.
-Usted ha indagado durante años en archivos y entrevistado a cientos de personas sobre el tema en España. ¿Cual fue la reacción que encontró en Granada en el curso de su trabajo?
-Yo empecé la investigación en los sesenta, cuando Franco tenía diez años en el poder, así que había que andar con mucho cuidado para no implicar a nadie. Yo llegué justo a tiempo de conocer a ciertas personas que ya no están, pero el miedo que había existe todavía.
Es una cosa terrible, no olvidemos de que se trata de una ciudad muy pequeña donde hubo un baño de sangre atroz. Es un sitio lleno de rencores, envidias y pugnas entre familias; esto explica en parte por qué no conocemos toda la verdad sobre la muerte de Lorca.
Había al menos 100 personas que sabían exactamente como murió y por qué, pero nadie ha dicho nada.
Han tenido que ser investigadores extranjeros como Brenan, Agustín Penón y yo mismo que llegamos en busca de la verdad sobre el crimen, pero Granada nunca reveló el secreto. Hay aún mucha gente que guarda secretos y papeles que no sé si algún día saldrán a la luz.
Lo que sí se conoce ahora es su paradero, en una fosa común compartida con otras tres personas. La solución sería exhumar el cuerpo y acabar así con la incertidumbre.
Sobre esa fosa pesa el más absoluto de los silencios, lo cual me disgusta enormemente. Somos muchos los millones de personas que queremos saber si realmente está allí.
Yo tuve el privilegio de ir a la tumba con la persona que decía haber enterrado a Lorca, al maestro de escuela y a los dos banderilleros con los que comparte fosa.
Él estaba completamente seguro de que era allí, donde hoy hay una piedra que marca el sitio dentro del parque memorial Lorca, pero nos falta la prueba científica.
-¿Por qué cree usted que la familia de Lorca se opone a la apertura de la fosa?
-Es difícil saberlo. Yo entiendo que hay que respetar los deseos de la familia pero Lorca no sólo les pertenece a ellos. Los deseos de los millones de personas que aman la obra de Lorca también merecen respeto.
Hay rumores en Granada que dicen que el cuerpo no esta allí, que la familia lo sacó y lo enterró en la Huerta de San Vicente, la finca familiar de los Lorca en Granada.
Si encontráramos los restos podríamos saber más de cómo murió. Yo estoy casi seguro que fue torturado antes de su muerte. De todas formas, lo más importante es saber si está allí o no. Hoy en día ni siquiera es necesario sacar los restos para saber si él esta allí o no, se puede escanear la tumba sin remover la tierra. Sinceramente, no entiendo las razones de la familia. Si un abuelo mio estuviera enterrado en una fosa como un perro no pararía hasta encontrarlo, viviría inquieto con la incertidumbre.
-Hablando de la vida de Lorca, usted mantuvo contacto con mucha gente que lo conoció. Un adjetivo que a menudo se asocia con él es el de "radiante"...
Sí, pero también la tragedia íntima de un hombre marginado, porque no hay que olvidar que Lorca era homosexual en una sociedad que despreciaba a los homosexuales. Si nos fijamos en su obra, la temática a menudo gira en torno al amor perdido, la búsqueda del amor imposible y también el tema de Granada, que es una ciudad de alma ausente. Así que hay una faceta arrolladora, carismática, radiante, pero también, como dijo Vicente Alexandre, hay otro aspecto que no todo el mundo veía, que es el Lorca melancólico, que cuando estaba deprimido no salía a fiestas y se recluía. De modo que no simplifiquemos, es un ser humano muy acongojado, pero también capaz de toda la alegría del mundo.
-Uno de los aspectos que me llama la atención de Lorca es que siendo tan español en su lenguaje y en su estilo, su obra trasciende culturas y traspasa fronteras.
-Sí, así es, yo creo que se debe al poder metafórico de su lenguaje que trasciende, que salta las barreras, estas increíbles imágenes que encontramos en su obra. Es cierto que muchos buscan en él la esencia de lo español, el toro, la pandereta, el clavel, pero hay muchísimo más. Es un autor enigmático y difícil, con muchas facetas.
-La muerte de Lorca en el período tan turbulento que vivía España fue casi un hecho inevitable, ¿cierto?
-Su muerte es como una tragedia griega. Él llegó a Granada porque tenía ya el billete del barco en el bolsillo, luego también quería estar allí para San Federico, que es el 18 de agosto. Pero una vez en marcha la trama, no hubo escapatoria posible. Había mucho odio contra la familia y parece ser que también unos primos suyos de Valderrubio estuvieron implicados en la muerte. Al final, en parte, fue un crimen pueblerino, de odios ancestrales por tierras de la Vega de Granada. La envidia es un tema fundamental en la muerte de Lorca. A Federico lo envidiaban por sus dones, por el dinero que ganaba con su teatro, por ser homosexual.
Parece mentira que lo mataran en su Granada, como dice Machado, pero lo hicieron. Y lo hicieron sabiendo exactamente lo que hacían. Rojo, homosexual y enemigo de la España católica, tenía absolutamente todo en contra, por eso digo que su muerte casi fue una tragedia griega.
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