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LeonardoCastellano

Las coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique

Las coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique


Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.

Y pues vemos lo presente
cómo en un punto s’es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por passado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de passar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
A Aquél solo me encomiendo,
Aquél solo invoco yo,
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conosció
su deidad.

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientra vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenescemos;
assí que, cuando morimos,
descansamos.

Este mundo bueno fue
si bien usáremos dél
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Y aun el hijo de Dios,
para sobirnos al cielo,
descendió
a nascer acá entre nos
y vivir en este suelo
do murió.

Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos,
las perdemos:
dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
que acaescen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallescen.

Dezidme, la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.

Pues la sangre de los godos,
el linaje y la nobleza
tan crescida,
¡por cuántas vías y modos
se sume su gran alteza
en esta vida!:
Unos, por poco valer,
por cuan baxos y abatidos
que los tienen;
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.

Los estados y riqueza
que nos dexan a deshora
¿quién lo duda?
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda;
que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una,
ni estar estable ni queda
en una cosa.

Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por esso no nos engañen,
pues se va la vida apriessa
como sueño.
Y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.

Los plazeres y dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
¿qué son sino corredores
y la muerte, la celada
en que caemos?
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

Si fuesse en nuestro poder
tornar la cara fermosa
corporal,
como podemos hazer
el ánima gloriosa
angelical,
¡qué diligencia tan viva
toviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cativa,
dexándonos la señora
descompuesta!

Essos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya passadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas.
Assí que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y perlados,
assí los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

Dexemos a los troyanos,
que sus males no los vimos
ni sus glorias;
dexemos a los romanos,
aunque oímos y leimos
sus historias.
No curemos de saber
lo de aquel siglo passado
qué fue d’ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.

¿Qué se hizo el rey don Juan?
¿Los Infantes de Aragón,
qué se hizieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿Qué fue de tanta invención
como truxieron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?,
¿que fueron sino verduras
de las eras?

¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel dançar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

Pues el otro, su heredero,
don Enrique, !qué poderes
alcançaba!,
¡cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus plazeres
se le daba!
Mas veréis, ¡cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró!;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!

Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vaxillas tan febridas,
los enriques y reales
del tesoro,
los jaezes y caballos
de su gente, y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?;
¿qué fueron, sino rocíos
de los prados?

Pues su hermano, el inocente
que, en su vida, sucessor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
que le siguió!
Mas, como fuesse mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïzio divinal!,
cuando más ardía el fuego
echaste agua.

Pues aquel gran Condestable,
maestre que conoscimos
tan privado,
no cumple que dél se hable,
sino solo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?,
¿fuéronle sino pesares
al dexar?

Pues los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
truxeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que, estando más encendida,
fue amatada?

Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes,
y barones
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hizieron en las guerras
y en las pazes,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerça las atierras
y deshazes.

Las huestes innumerables,
los pendones y estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo
¿qué aprovecha?
Que si tú vienes airada,
todo lo passas de claro
con tu flecha.

Aquel, de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tan famoso
y tan valiente;
sus grandes hechos y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hazer caros,
pues el mundo todo sabe
cuales fueron.

¡Qué amigo de sus amigos!
¡Qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforçados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos,
y a los bravos y dañosos,
un león!

En ventura, Octavïano;
Julio César, en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal, en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito, en liberalidad
con alegría;
en su braço, Aurelïano;
Marco Atilio, en la verdad
que prometía.

Antonio Pío, en clemencia;
Marco Aurelio, en igualdad
del semblante;
Adrïano, en elocuencia;
Teodosio, en humanidad
y buen talante;
Aurelio Alexandre fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Costantino, en la fe;
Camilo, en el gran amor
de su tierra.

No dexó grandes tesoros,
ni alcançó grandes riquezas
ni vaxillas,
mas hizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
y sus villas.
Y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron,
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.

Pues por su honra y estado,
en otros tiempos passados,
¿cómo se hubo?:
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta dicha guerra
que hazía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.

Estas sus viejas estorias
que con su braço pintó
en la joventud,
con otras nuevas victorias
agora las renovó
en la senectud.
Por su gran habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcançó la dignidad
de la gran caballería
de la Espada.

Y sus villas y sus tierras,
ocupadas de tiranos
las halló,
mas por cercos y por guerras,
y por fuerça de sus manos
las cobró.
Pues nuestro Rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal,
y en Castilla quien siguió
su partido.

Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al tablero,
después de tan bien servida
la corona de su Rey
verdadero,
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta.

Diziendo: "Buen caballero,
dexad el mundo engañoso
y su halago,
vuestro coraçón de azero
muestre su esfuerço famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hezistes tan poca cuenta
por la fama,
esforçad vuestra virtud
para sofrir esta afruenta
que os llama.

"No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de fama tan glorïosa
acá dexáis.
Aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera,
mas con todo es muy mejor
que la otra temporal,
perescedera.

"EI vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales.
Mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.

"Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
y con esta confiança,
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperança,
que esta otra vida tercera
ganaréis".

Responde el Maestre

"No gastemos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad plazentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir,
cuando Dios quiere que muera,
es locura."

Oración

"Tu, que por nuestra maldad
tomaste forma servil
y baxo nombre;
Tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como el hombre;
Tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona;
no por mis merescimientos,
mas por tu sola clemencia,
me perdona."

Cabo

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer,
y de hijos, y hermanos,
y criados,
dio el alma a quien gela dio,
ei cual la ponga en el cielo
en su gloria.
Y aunque la vida murió,
nos dexó harto consuelo
su memoria.

Los romances españoles

Aunque en el Campus Virtual de mi Instituto he colgado el tema completo, aquí os dejo este resumen resumidísimo por si a alguien le puede interesar.

Los romances para l@s chic@de Modalidad de Literatura

Los romances para l@s chic@de Modalidad de Literatura

1. Romance de las quejas de doña Lambra: «Yo me estaba en Barbadillo,
en esa mi heredad»

–Yo me estaba en Barbadillo,
en esa mi heredad;
mal me quieren en Castilla
los que me habían de aguardar;
los hijos de doña Sancha                        5
mal amenazado me han,
que me cortarían las faldas
por vergonzoso lugar,
y cebarían sus halcones
dentro de mi palomar,                            10
y me forzarían mis damas,
casadas y por casar;
matáronme un cocinero
so faldas del mi brial.
Si desto no me vengáis,                        15
yo mora me iré a tornar.
Allí habló don Rodrigo,
bien oiréis lo que dirá:
  –Calledes, la mi señora,
vos no digades a tal,                              20
de los Infantes de Salas
yo vos pienso de vengar;
telilla les tengo urdida
bien se la cuido tramar,
que nascidos y por nascer,                    25
dello tengan que contar.

2.Romance del llanto de Gonzalo Gustioz: «Pártese el moro Alicante,
víspera de San Cebrián»



Pártese el moro Alicante víspera de Sant Cebrián;

ocho cabezas llevaba, todas de hombres de alta sangre.

Sábelo el rey Almanzor, a recebírselo sale;

aunque perdió muchos moros, piensa en esto bien ganar.

Manda hacer un tablado para mejor las mirar,

mandó traer un cristiano que estaba en captividad.

Como ante sí lo trujeron empezóle de hablar,

díjole: -Gonzalo Gustos, mira quién conocerás;

que lidiaron mis poderes en el campo de Almenar:

sacaron ocho cabezas, todas son de gran linaje.

Respondió Gonzalo Gustos: -Presto os diré la verdad."

Y limpiándoles la sangre, asaz se fuera a turbar;

dijo llorando agramente: -¡Conóscolas por mi mal!

la una es de mi carillo, ¡las otras me duelen más!

de los Infantes de Lara son, mis hijos naturales.

Así razona con ellos como si vivos hablasen:

-¡Dios os salve, el mi compadre, el mi amigo leal!,

¿Adónde son los mis hijos que yo os quise encomendar?

Muerto sois como buen hombre, como hombre de fiar.

Tomara otra cabeza del hijo mayor de edad:

-Sálveos Dios, Diego González, hombre de muy gran bondad,

del conde Femán González alférez el principal:

a vos amaba yo mucho, que me habíades de heredar.

Alimpiándola con lágrimas volviérala a su lugar,

y toma la del segundo, Martín Gómez que llamaban:

-Dios os perdone, el mi hijo, hijo que mucho preciaba;

jugador era de tablas el mejor de toda España,

mesurado caballero, muy buen hablador en plaza.

Y dejándola llorando, la del tercero tomaba:

-Hijo Suero Gustos, todo el mundo os estimaba;

el rey os tuviera en mucho, sólo para la su caza:

gran caballero esforzado, muy buen bracero a ventaja.

¡Ruy Gómez vuestro tío estas bodas ordenara!

Y tomando la del cuarto, lasamente la miraba:

-¡Oh hijo Fernán González, (nombre del mejor de España,

del buen conde de Castilla, aquel que vos baptizara)

matador de puerco espín, amigo de gran compaña!

nunca con gente de poco os vieran en alianza.

Tomó la de Ruy Gómez, de corazón la abrazaba:

-¡Hijo mío, hijo mío! ¿quién como vos se hallara

3. Romance de la traición de Vellidos Dolfos: «Rey don Sancho, rey don
Sancho, no digas que no te aviso»

Rey Don Sancho, Rey Don Sancho,
no digas que no te aviso,
que del cerco de Zamora
un traidor había salido;
Bellido D'Olfos se llama,
hijo de D'Olfos Bellido,
a quien él mismo matara
y después echó en el río.

Si te engaña, Rey Don Sancho,
no digas que no lo digo. -

Oídolo ha el traidor,
gran enojo ha redibido;
fuese donde estaba el Rey,
de aquesta suerte le ha dicho:
- Bien conoscedes, señor,
el mal querer y homecillo
qu'el malo de Arias Gonzalo
y sus hijos han conmigo;
en fin, has tu real
agora me ha perseguido:
esto porque le rieptaba
que estorbaban su partido
que otorgase Doña Urraca
a Zamora en tu servicio.

Agora que han bien mirado
como está bien entendido
que tú prendas a Zamora
por el postigo salido,
trabajan buscar tu daño
dañando el crédito mío.

Si me quieres por vasallo
serviréte sin partido. -
El buen Rey, siendo contento,
díjole: - Muéstrame, amigo,
por donde tome a Zamora,
qu'en ella serás tenido
mucho más que Arias Gonzalo,
que la manda con desvío. -
Besóle el traidor la mano
y en gran poridad le dijo:
- Vámonos tú y yo, Señor,
solos, por no hacer bullicio,
verás lo que me demandas,
y ordenarás tu partido
donde se faga una cava,
y lo que manda mi aviso,
después con ciento de a pie
matar los guardias me obligo,
y se entrarán tus banderas
guardándoles el postigo. -

4. Romance de la jura de Santa Gadea : «En Santa Águeda de Burgos, do
juran los fijosdalgo»

En santa Águeda de Burgos,  do juran los hijosdalgo,
le toman jura a Alfonso  por la muerte de su hermano;
tomábasela el buen Cid,  ese buen Cid castellano,
sobre un cerrojo de hierro  y una ballesta de palo
y con unos evangelios  y un crucifijo en la mano.
Las palabras son tan fuertes  que al buen rey ponen espanto;
—Villanos te maten, Alonso,  villanos, que no hidalgos,
de las Asturias de Oviedo,  que no sean castellanos;
mátente con aguijadas,  no con lanzas ni con dardos;
con cuchillos cachicuernos,  no con puñales dorados;
abarcas traigan calzadas,  que no zapatos con lazo;
capas traigan aguaderas,  no de contray ni frisado;
con camisones de estopa,  no de holanda ni labrados;
caballeros vengan en burras,  que no en mulas ni en caballos;
frenos traigan de cordel,  que no cueros fogueados.
Mátente por las aradas,  que no en villas ni en poblado,
sáquente el corazón  por el siniestro costado;
si no dijeres la verdad  de lo que te fuere preguntando,
si fuiste, o consentiste  en la muerte de tu hermano.
Las juras eran tan fuertes  que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero  que del rey es más privado:
—Haced la jura, buen rey,  no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,  ni papa descomulgado.
Jurado había el rey  que en tal nunca se ha hallado;
pero allí hablara el rey  malamente y enojado:
—Muy mal me conjuras, Cid,  Cid, muy mal me has conjurado,
mas hoy me tomas la jura,  mañana me besarás la mano.
—Por besar mano de rey  no me tengo por honrado,
porque la besó mi padre  me tengo por afrentado.
—Vete de mis tierras, Cid,  mal caballero probado,
y no vengas más a ellas  dende este día en un año.
—Pláceme, dijo el buen Cid,  pláceme, dijo, de grado,
por ser la primera cosa  que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno,  yo me destierro por cuatro.
Ya se parte el buen Cid,  sin al rey besar la mano,
con trescientos caballeros,  todos eran hijosdalgo;
todos son hombres mancebos,  ninguno no había cano;
todos llevan lanza en puño  y el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas  con borlas de colorado.
Mas no le faltó al buen Cid  adonde asentar su campo.



5. Romance de Diego Laínez y Rodrigo ante el rey: «Cabalga Diego
Laínez al buen rey besar la mano»


Cabalga Diego Laínez al buen rey besar la mano,
consigo se los llevaba los trescientos hijosdalgo;
entre ellos iba Rodrigo,el soberbio castellano.
Todos cabalgan a mula, sólo Rodrigo a Caballo;
todos se visten oro y seda, Rodrigo va bien armado;
todos guantes olorosos,Rodrigo guante mallado;
todos con sendas varicas, Rodrigo estoque dorado;
todos sombreros muy ricos,Rodrigo casco afinado,
y encima del casco lleva un bonete colorado.
Andando por su camino unos con otros hablando
allegados son a Burgos, con el rey han encontrado.
Los que vienen con el rey entre sí van razonando;
unos lo dicen de quedo, otros lo van publicando:
--Aquí viene entre esta gente quien mató al conde Lozano.
Como lo oyera Rodrigo en hito los ha mirado:
--Si hay alguno entre vosotros, su pariente o adeudado,
que le pese de su muerte, salga luego a demandallo;
yo se lo defenderé, quiera a pie, quiera a caballo.
Todos dicen para sí:--Que te lo demande el diablo.
Se apean los de Vivar para al rey besar la mano;
Rodrigo se quedó solo encima de su caballo.
Entonces habló su padre,bien oiréis lo que le ha hablado:
--Apeaos vos, mi hijo, besaréis al rey la mano,
porque él es vuestro señor,vos, hijo, sois su vasallo.
--Si otro me dijera eso ya me lo hubiera pagado,
mas por mandarlo vos, padre,lo haré, aunque no de buen grado.
Ya se apeaba Rodrigo para al rey besar la mano,
al hincar de la rodilla el estoque se ha arrancado.
Espantose de esto el rey y dijo como turbado:
--¡Quítate, Rodrigo, allá, quita, quítate allá, diablo,
que el gesto tienes de hombre,los hechos de león bravo!
Como Rodrigo esto oyó apriesa pide el caballo,
con una voz alterada contra el rey así ha hablado:
--Por besar mano de rey no me tengo por honrado;
porque la besó mi padre me tengo por afrentado.
En diciendo estas palabras, salido se ha del palacio;
consigo se los tornaba los trescientos hijosdalgo.
Si bien vinieron vestidos,volvieron mejor armados,
y si vinieron en mulas,todos vuelven en caballos.


6. Romance del rey Rodrigo y la pérdida de España: «Los vientos eran
contrarios, la luna estaba crecida»


Los vientos eran contrarios,
la luna estaba crecida,
los peces daban gemidos
por el mal tiempo que hacía,
cuando el rey don Rodrigo
junto a la Cava dormía,
dentro de una rica tienda
de oro bien guarnecida.
Trescientas cuerdas de plata
que la tienda sostenían,
dentro había doncellas
vestidas a maravilla;
las cincuenta están tañendo
con muy extraña armonía,
las cincuenta están cantando
con muy dulce melodía.

Allí hablara una doncella
que Fortuna se decía:
'Si duermes, rey don Rodrigo,
despierta por cortesía,
y verás tus malos hados,
tu peor postrimería,
y verás tus gentes muertas
y tu batalla rompida,
y tus villas y ciudades
destruidas en un día:
tus castillos, fortalezas,
otro señor los regía.
Si me pides quién lo ha hecho
yo muy bien te lo diría:
ese conde don Julián
por amores de su hija,
porque se la deshonraste
y más de ella no tenía.
Juramento viene echando
que te ha de costar la vida.'

Despertó muy congojado
con aquella voz que oía;
con cara triste y penosa
de esta suerte respondía:
'Mercedes a ti, Fortuna,
de esta tu mensajería.'

Estando en esto allegó
uno que nuevas traía:
como el conde don Julián
las tierras le destruía.


7. Romance del sueño de doña Alda: «En París está doña Alda, la esposa
de don Roldán»

En París está doña Alda, 
la esposa de don Roldán,
trescientas damas con ella 
para la acompañar:
todas visten un vestido, 
todas calzan un calzar,
todas comen a una mesa, 
todas comían de un pan,
si no era doña Alda, 
que era la mayoral;
las ciento hilaban oro, 
las ciento tejen cendal,
las ciento tañen instrumentos 
para doña Alda holgar.
Al son de los instrumentos 
doña Alda dormido se ha;
ensoñado había un sueño, 
un sueño de gran pesar.
Recordó despavorida 
y con un pavor muy grande;
los gritos daba tan grandes
que se oían en la ciudad.
Allí hablaron sus doncellas, 
bien oiréis lo que dirán:
—¿Qué es aquesto, mi señora? 
¿quién es el que os hizo mal?
—Un sueño soñé, doncellas, 
que me ha dado gran pesar:
que me veía en un monte 
en un desierto lugar:
do so los montes muy altos
un azor vide volar,
tras dél viene una aguililla 
que lo ahínca muy mal.
El azor, con grande cuita, 
metióse so mi brial,
el aguililla, con gran ira, 
de allí lo iba a sacar;
con las uñas lo despluma,
con el pico lo deshace.
Allí habló su camarera, 
bien oiréis lo que dirá:
—Aquese sueño, señora, 
bien os lo entiendo soltar:
el azor es vuestro esposo 
que viene de allén la mar,
el águila sedes vos,
con la cual ha de casar,
y aquel monte es la iglesia, 
donde os han de velar.
—Si así es, mi camarera, 
bien te lo entiendo pagar.
Otro día de mañana 
cartas de fuera le traen:
tintas venían por dentro,
de fuera escritas con sangre,
que su Roldán era muerto 
en caza de Roncesvalles.



8. Romance de Melisenda insomne: «Todas las gentes dormían en las que
Dios tiene parte»


Todas las gentes dormían (en las que Dios tiene parte),
mas no duerme Melisenda la hija del emperante,
que amores del conde Ayuelos no la dejan reposar.
Salto diera de la camacomo la parió su madre,
vistiérase una alcandora no hallando su brial;
vase para los palacios donde sus damas están,
dando palmadas en ellas las empezó de llamar:
"Si dormís, las mis doncellas,si dormides, recordad;
las que sabedes de amores consejo me queráis dar,
las que de amor no sabedes tengádesme poridad:
amores del conde Ayuelos no me dejan reposar.
"Allí hablara una vieja,vieja es de antigua edad:
"Agora es tiempo, señora,de los placeres tomar,
que si esperáis a vejez no vos querrá un rapaz."
Desque esto oyó Melisenda no quiso más esperar,
y vase a buscar al conde a los palacios do está.
Topara con Hernandillo un alguacil de su padre:
"¿Qué es aquesto,Melisenda? Esto ¿qué podía estar?
¡O vos tenéis mal de amores o os queréis loca tornar!"
"Que no tengo mal de amores ni tengo por quién penar,
mas cuando yo era pequeña tuve una enfermedad;
prometí tener novenas allá en San Juan de Letrán;
las dueñas iban de día,doncellas agora van."
Desque esto oyera Hernando puso fin a su hablar;
la infanta, mal enojada,queriendo dél se vengar:
"Prestásesme", dijo a Hernando,"prestásesme tu puñal,
que miedo me tengo, miedo de los perros de la calle.
"Tomó el puñal por la punta,los cabos le fue a dar;
diérale tal puñalada que en el suelo muerto cae,
y vase para el palacio a do el conde Ayuelos está.
Las puertas halló cerradas, no sabe por dó entrar;
con arte de encantamiento las abrió de par en par.
Al estruendo el conde Ayuelos empezara de llamar:
"Socorred, mis caballeros, socorred sin más tardar;
creo son mis enemigos que me vienen a matar."                                    70
La Melisenda discreta le empezara de hablar:
"No te congojes, señor,no quieras pavor tomar,
que yo soy una morica venida de allende el mar."
Desque esto oyera el conde luego conocido la ha;
fuese el conde para ella, las manos le fue a tomar,
y a la sombra de un laurel de Venus es su jugar.


  9. Romance de Montesinos: «Cata Francia, Montesinos, cata París la ciudad»


--Cata Francia, Montesinos,    cata París la ciudad,

cata las aguas de Duero,    do van a dar en la mar;

cata palacios del rey,    cata los de don Beltrán,

y aquella que ves más alta    y que está en mejor lugar

es la casa de Tomillas,    mi enemigo mortal.

Por su lengua difamada    me mandó el rey desterrar

y he pasado a causa de esto    mucha sed, calor y hambre,

trayendo los pies descalzos,    las uñas corriendo sangre.

A la triste madre tuya    por testigo puedo dar,

que te parió en una fuente    sin tener en qué te echar.

Yo triste quité mi sayo    para haber de cobijarte;

ella me dijo llorando    por te ver tan mal pasar:

--Tomes este niño, conde,    y lléveslo a cristianar;

llamédesle Montesinos    Montesinos le llamad.--

Montesinos que lo oyera    los ojos volvió a su padre;

las rodillas por el suelo    empezóle de rogar

le quisiese dar licencia,    que en París quiere pasar,

y tomar sueldo del rey    si se lo quisiere dar,

por vengarse de Tomillas,    su enemigo mortal;

que si sueldo del rey toma,    todo se puede vengar.

Ya que despedirse quieren    a su padre fue a rogar

que a la triste de su madre    él la quiera consolar

y de su parte le diga    que a Tomillas va buscar.


10. Romance de Abenámar: «Abenámar, Abenámar, moro de la morería»

—¡Abenámar, Abenámar, 
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma, 
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace 
no debe decir mentira.
Allí respondiera el moro, 
bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor, 
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro 
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho 
mi madre me lo decía
que mentira no dijese, 
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey, 
que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar,
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos? 
¡Altos son y relucían!
—El Alhambra era, señor, 
y la otra la mezquita,
los otros los Alixares, 
labrados a maravilla.
El moro que los labraba 
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra, 
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife, 
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas, 
castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan, 
bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote 
a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan, 
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene 
muy grande bien me quería.



11. Romance del conde Arnaldos: «Quièn hubiese tal ventura sobre las
aguas del mar»

¡ Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan !
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
la ejarcia de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar;
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
- Por tu vida, el marinero,
digasme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
- Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.

12. Romance del prisionero: «Por el mes era de mayo, cuando hace la calor»



Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos
encañan y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.



13. Romance de la gentil dama y el rústico pastor: «Estase la gentil
dama paseando en su vergel»



--Estáse la gentil dama    paseando en su vergel,

los pies tenía descalzos    que era maravilla ver;

desde lejos me llamara,    no le quise responder.

Respondíle con gran saña:    --¿Qué mandáis, gentil mujer?--

Con una voz amorosa    comenzó de responder:

--Ven acá el pastorcico,    si quieres tomar placer;

siesta es de mediodía,    que ya es hora de comer;

si querrás tomar posada    todo es a tu placer.

--Que no era tiempo, señora,    que me haya de detener;

que tengo mujer y hijos,    y casa de mantener,

y mi ganado en la sierra    que se me iba a perder,

y aquellos que me lo guardan    no tenían qué comer.

--Vete con Dios, pastorcillo,    no te sabes entender:

hermosuras de mi cuerpo    yo te las hiciera ver:

delgadica en la cintura,    blanca soy como el papel,

la color tengo mezclada    como rosa en el rosel,

el cuello tengo de garza,    los ojos de un esparver,

las teticas agudicas    que el brial quieren romper.

Pues lo que tengo encubierto    maravilla es de lo ver.

--Ni aunque más tengáis, señora,    no me puedo detener.--



14. Romance de Fonte Frida: «Fonte Frida, Fonte Frida, Fonte Frida y con amor»


Fontefrida, Fontefrida, 
Fontefrida y con amor,
do todas las avecicas 
van tomar consolación,
si no es la tortolica 
que está viuda y con dolor.
Por ahí fuera pasar 
el traidor del ruiseñor,
las palabras que él decía 
llenas son de traición;
—Si tu quisieses,señora, 
yo sería tu servidor.
—Vete de ahí, enemigo, 
malo, falso,engañador,
que ni poso en ramo verde, 
ni en prado que tenga flor,
que si hallo el agua clara, 
turbia la bebía yo;
que no quiero haber marido, 
porque hijos no haya, no,
no quiero placer con ellos, 
ni menos consolación.
Déjame, triste enemigo, 
malo, falso, mal traidor,
que no quiero ser tu amiga 
ni casar contigo, no.


15. Romance de Nerón y el incendio de Roma: «Mira Nero de Tarpeya a
Roma cómo se ardía»


  Mira Nero, de Tarpeya a Roma cómo se ardía:
gritos dan niños y viejos, y él de nada se dolía.

[ El grito de las matronas sobre los cielos subía;
como ovejas sin pastor, unas tras otras corrían
perdidas, descarriadas, llorando a lágrima viva.
Todas las gentes huyendo a las torres se acogían;
los siete montes romanos lloro y fuego los hundía.
En el grande Capitolio suena muy gran vocería;
por el collado Aventino gran gentío discurría,
y en Cabalo y en Rotundo la gente apenas cabía;
por el rico Coliseo gran número se subía.
Lloraban los dictadores, los cónsules a porfía,
daban voces los tribunos, los magistrados plañían,
los cuestores lamentaban, los senadores gemían;
llora la orden ecuestre, toda la caballería,
por la crueldad de Nerón que lo ve con alegría.
Siete días con sus noches la ciudad toda ardía:
por tierra yacen las casas, los templos de tallería,
los palacios más antiguos, de alabastro y sillería;
en ceniza van por tierra los lazos y pedrería;
las moradas de los dioses han triste postrimería:
el templo capitolino do Júpiter se servía,
el grande templo de Apolo y el que de Mars se decía,
sus tesoros y riquezas el fuego los derretía.
Por los carneros y osarios la gente se defendía.
De la torre de Mecenas lo miraba todo y vía
el ahijado de Claudio que a su padre parescía,
que a su Séneca dió muerte; el que matara a su tía;
el que antes de nueve meses que Tiberio se moría,
con prodigios y señales en este mundo nascía;
el que persiguió a cristianos, el padre de tiranía,
de ver abrasada a Roma gran deleite rescebía.
Vestido en cénico traje decantaba su poesía.
Todos le ruegan que amanse su crueldad y su porfía:
cuanto más todos le ruegan, él de nadie se dolía.





Nuevo curso y esta vez en Primero de Bachillerato.

Nuevo curso y esta vez en Primero de Bachillerato.



Entre mi compañero Gonçal Tomás y yo hemos montado este primer comentario de Texto para los nuevos alumnos:

El voseo y el tuteo, de Albert Manent.

Me sorprende y me molesta que al entrar en una tienda o al preguntar algo en una calle una persona joven me tutee. No es mi estilo porque me he formado en la cultura llamada noucentista y familiarmente aprendí a no tutear sin conocer al interlocutor. Hace poco una autoridad del Estado ha sugerido que en la escuela se vuelva a tratar de usted a los profesores para combatir la relajada disciplina que generalmente impera en las aulas.
La propuesta me da entrada para ofrecer alguos ejemplos históricos, documentales o recogidos por tradición oral.
Según el mítico Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana de Joan Coromines el vos se usó oralmente en castellano hasta el siglo de oro, pero ya en el siglo XVII se fue imponiendo el usted, reducción de la fórmula reverencial vuestra merced.
En catalán y en italiano conservamos tres gradaciones: tú, vós y vosté, y tu, voi y lei. El vós, muy general entre los intelectuales de Catalunya de la primera mitad del siglo XX, era - y es en parte- de uso normal en el mundo rural y entre la menestralía barcelonesa y se conserva también en ambientes populares de ciudades medias. Observemos, por ejemplos, que Miquel Calçada, en su serie televisiva Afers exteriors trata de vós a alguna persona mayor. Y recuerdo que el diputado Ángel Colom usaba el vós en el Parlament cuando se dirigía al President de la Generalitat
Hoy el tú se está generalizando porque la juventud casi no sabe usar otro tratamiento y porque era y es el distintivo de partidos o sindicatos, de izquierda o de derecha, que tienen como marchamo el camarada o el compañero. Y algunos obispos catalanes y del resto de España generalizan el tú al dirigirse a los sacerdotes, quizá como signo de aproximación o de mando.
En cambio en América el vos subsiste en Argentina, Uruguay, países de Centroamçerica, etcétera, como pronombre familiar que elimina el tú. Pero en Chile y otros estados no usa el vos la gente urbana, aunque esté arraigado en las clases populares. Quevedo ya usaba la palabra vosear y el voseo es denominación normal en América.
En Catalunya el vós es un trato de igual a igual, desde un cierto nivel, o de respeto con cierta familiaridad. Según Coromines el vos se conserva en Asturias y en alguna población limítrofe con Portugal.
El rey Alfonso XIII tuteaba a todos sus ministros, pero reservaba el usted para Francesc Cambó, a quien admiraba y en cierta manera temía. Su nieto, don Juan Carlos, como es habitual en la distancia, tutea a todo el mundo, con alguna excepción, como fue el caso de Josep Tarrradellas y Santiago Carrillo. Los ministros del Gobierno Provisional de la República usaban el usted entre ellos, pero se llamaban por su nombre. Me lo había contado Ferran Cuito, director general del ministro de Economía, LLuís Nicolau d'Oliver. Así Miguel Maura podía dirigirse a Prieto diciendo ¿Qué piensa usted, Indalecio? Con la salvedad de que al venerable Niceto Alcalá, presidente de la República, le llamaban don Niceto, como lo corrobora Azaña en sus memorias. Otro ejemplo catalçan. El obispo de Barcelona Gregorio Modrego tuteaba a todos los sacerdotes excepto al archivero episcopal e historiador Josep Sanabre, uno de mis maestros. Le llamaba de usted y simplemente por el apellido.
No sé si el tuteo universal es irremediable (en Madrid el tuteo es general), pero sin duda nos hace perder gradaciones tradicionales en el lenguaje e impulsa un forzado igualitarismo que no permite matices ni conlleva en los jóvenes el distinguir qué trato merecen las personas según su edad o condición.

Albert Manent

  Ejercicio de reflexión lingüística  

        1  Septiembre 2007 

1.  Comprensión:
     1.1. Resume en tan solo cinco líneas el contenido del texto.
     1.2. Según Albert Manent ¿ Por qué ciertas autoridades tratan de
            tú a personas de rango inferior ?
     1.3. El uso del vós en “ Catalunya “ ¿ a quién o a quiénes queda
            restringido actualmente?
     1.4. ¿ Qué sucede en Latinoamérica?
     1.5. Según el autor ¿ en qué estamentos sociales está generaliza-
            do el uso del tú ? 
2. Léxico
    2.1. Explica el significado de los siguientes vocablos teniendo en
           cuenta el contexto.
           noucentista
           relajada disciplina
          gradación
          menestralía
          arraigado
          limítrofe
    2.2. Escribe el término contrario de las siguientes palabras:
           relajado
          gradación
          arraigado
          aproximación
          popular
    2.3. ¿ Qué se deduce morfológicamente hablando al generar tér-
           minos contrarios ? 
3. Gramática 
    3.1. El texto está redactado en primera persona. Imagina que tú
           eres el/la narrador/a. Transforma el primer párrafo ( desde
           me sorprende hasta las aulas ) en tercera persona del sing.-
           lar.
4. Expresión 
    ¿ Eres partidario del tuteo o del voseo ? Redacta un texto de unas
       100 palabras en el que dejes clara tu opinión. ( No olvides las
        reglas ortográficas de puntuación y acentuación así como las
        partes diferenciadas del texto ).


FECHA DE ENTREGA: Domingo 30 de septiembre a las 0:00 (al estilo de Cenicienta). Para los que lo entreguen en papel, el viernes 29 a las 14:35.




Fin de curso

Me imagino que ya no os pasaréis por aquí. Aun así, quiero deciros que cada vez que termina un curso, me siento un poco melancólica. Lo he pasado muy bien con vosotros. He disfrutado mucho, como os dije en clase. Creo que hicimos dos cursos estupendos. QUe hemos trabajado y aprendido (todos).

Un abrazo.

Un ejercicio de PAU

OPCIÓN B

 

Lea el siguiente texto y responda a las preguntas que se formulan a continuación:

 

EL FIN DEL MURO

 

El 9 de noviembre de 1989 cristalizó uno de esos acontecimientos que se alzan como fechas 

significativas en el curso de la Historia: empezó el derribo del Muro de Berlín, primer paso de los 

que en poco tiempo conducirían a la liquidación de la Unión Soviética, constituida en 1923, tras el 

período revolucionario iniciado en 1917. Concluían así casi setentaaños de enfrentamiento entre 

el régimen comunista y el sistema capitalista, a la vez que comenzaba la etapa presente en la que, 

entre otros cambios no menos intensos, meimporta destacar el más indispensable para comprender 

el actual saqueo de Bagdad, a saber: la desaparición en la escena mundial de una potencia militar 

y política con talla suficiente para inspirar prudencia a Estados Unidos y frenar excesivas 

ambiciones sobre el tablero mundial, no sólo por la fuerza misma de la URSS, sino por la adhesión 

a su ideología de otros grupos y actores internacionales. Más claro: si hasta entonces, sobre todo 

desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los expansionistas en Estados Unidos habían 

necesitado tener muy en cuenta la posible reacción soviética antes de adoptar ciertas decisiones 

(e incluso renunciar a veces a ponerlas en práctica), en cambio, al derrumbarse la URSS, dejaban 

de soportar esa limitación y se encontraban con las manos libres para aplicar como quisieran todo 

su poder, de sobra superior al de cualquier otro país discrepante. ¡Qué tentación, para los 

ambiciosos, ese horizontesúbitamente abierto, con el campo libre

Porque, además, el final de la URSS fue inmediata y jubilosamente interpretado casi como el 

resultado de un «juicio de Dios», al estilo medieval: cuando el resultado de un combate bastaba 

para probar la «justa» razón del vencedor. La propaganda y sus trompetas proclamaron que ese 

final demostraba el error, e incluso la perversidad, del comunismo, con lo que, automáticamente, 

quedaba triunfante la verdad y excelencia del capitalismo, dado que se trataba de sistemas sociales 

radicalmente opuestos. Hubo quien, con gran éxito de fama y dinero entre los círculos 

bienpensantes, como fue el caso de Francis Fukuyama, decretó por su cuenta «el fin de la 

Historia», alegando que ya no había que cavilar ni buscar más para disfrutar del mejor sistema 

político posible, a saber: el capitalismo económico conjugado con la democracia política. Es decir

para el autor, el modelo estadounidense, que combina ambas instituciones, es la más alta cima de 

sabiduría social con que cuentan los hombres para organizar su vida colectiva. 

Frente a esas demostraciones de la propaganda se impone un par de sencillas reflexiones. En 

primer lugar, para aceptar los «juicios de Dios» es precisa la fe de los tiempos medievales. 

¡Cuántas veces en una lucha ha caído derrotado el mejor, el que tenía razón! Como cantaba aquella 

coplilla: 

«Vinieron los sarracenos 

y nos molieron a palos, 

que Dios ayuda a los malos 

cuando son más que los buenos.» 


José Luis SAMPEDRO. Los mongoles en Bagdad. Barcelona: Destino, 2003


1. COMPRENSIÓN DEL TEXTO, CONTEXTUALIZACIÓN Y EXPRESIÓN

 

1.1. Justifique, en no más de diez líneas, la adecuación del título (El fin del Muro) al 

texto que le sigue. [1 punto] 

1.2. Resuma, en unas ochenta palabras, la estructura del texto y señale el núcleo 

temático de cada uno de sus párrafos. [1,5 puntos] 

1.3. Glose o comente el significado de las siguientes expresiones subrayadas en el 

texto en el curso de la Historia, ese horizonte, con el campo libre, círculos 

bienpensantes yalegando que ya no había que cavilar. [1 punto] 

1.4. Señale cuál es el referente de me y quien; aparecen subrayados en el texto. 

[0,5 puntos] 


2. EXPRESIÓN Y COMENTARIO CRÍTICO 


Desarrolle, en unas 150 palabras, uno de los temas siguientes: [2 puntos] 

a) Los textos publicitarios. Algunas características. 

b) ¿Por qué hay guerras en el siglo XXI? (Dado este título, escriba un texto 

argumentativo intentado explicar las razones por las que sigue habiendo 

guerras.) 


3. REFLEXIÓN LINGÜÍSTICA SOBRE EL TEXTO 


3.1. Considere la siguiente secuencia: «Vinieron los sarracenos y nos molieron a 

palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos». Escriba 

cada una de las oraciones o proposiciones que hay en ella y diga de qué tipo 

son. [1 punto] 

3.2. Indique cuál es la función sintáctica que desempeñan en sus respectivas 

oraciones los siguientes sintagmas subrayados en el texto: el 9 de noviembre

el derribo del Muro de Berlínel fin de la Historiaun par de sencillas reflexiones 

derrotado. [1 punto] 

3.3. En el texto aparecen, entre otros, los marcadores discursivos más claro

además, es decir y en primer lugar. Indique su función textual y sustitúyalos por 

otros equivalentes. [1 punto] 

3.4. Indique a qué categoría gramatical pertenece cada una de las siguientes 

palabras: sesenta, ambiciosos, además y precisa. [1 punto] 



Los pronombres

Los 'Cadáveres exquisitos' de este Sant Jordi 2007